Durante mucho tiempo el suelo, a pesar de ser un recurso escaso, ha sido considerado como un medio opaco desprovisto de la protección de la que han gozado el agua o el aire. Sin embargo, en los últimos años el escenario ha cambiado de una forma significativa. La preservación del suelo ha ido ganando relevancia tanto a escala mundial como europea. Bajo el paraguas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible con implicaciones sobre el suelo en la mayor parte de ellos, Europa avanza hacia una Directiva de monitorización y resiliencia del suelo después de haber aprobado la Estrategia de protección del suelo 2030. Euskadi, tras décadas de trabajo en el ámbito de la lucha contra la contaminación de este medio, cuenta también con una estrategia propia que aboga por su preservación integral.